Supongo que todos tenemos derecho a equivocarnos, y muchas veces intentamos cambiar y rectificar, pero tal vez no merezca la pena intentar enmendar los errores del pasado, tal vez no haya una solución para ellos, simplemente nos queda lamentarnos del daño que causamos a las personas que nos quisieron, tratar de olvidar, borrar las lágrimas de nuestro rostro y seguir caminando, sin mirar atrás, caminar con la cabeza bien alta y mirar siempre hacia delante, hacia ese futuro que nos aguarda impaciente, repleto de nuevas experiencias y emociones, que aún están por vivir.
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